¿Quién gobierna en Chile?. A propósito de las declaraciones de Jorge Awad
El neoliberalismo, como expresión económica, requiere un correlato político para poder implementarse. Dicho en otras palabras, el modelo neoliberal, para que funcione, requiere de ciertas condiciones políticas.
La semana pasada, para los chilenos quedó totalmente claro, lo que ya sabíamos, en cuanto a quién gobierna en Chile: el gran empresariado. Pero no es cualquier empresario, como el que tenemos, sino que son los empresarios del capital financiero. La palabras de Jorge Awad, Presidente de los banqueros, fueron claras y precisas: "el sistema de pago chileno es una joyita que la voy a proteger y no voy a aceptar que medidas irresponsables en un momento determinado la pongan en juego".
En defensa de sus declaraciones, en un programa de televisión de domingo en la mañana, señalaba la responsabilidad que el sistema bancario tenía para conservar en buenas condiciones "la cadena de pago" y frente a los "depositantes".
En rigor, en nuestro país hace ya décadas que se ha ido consolidando, en aras de la "libre competencia", un mercado financiero relativamente desarrollado para las condiciones capitalistas de Chile, donde reinan y dominan lo grupos del capital financiero "nacional" coludidos con poderosos grupos del capital financiero internacional.
Eso ha llevado consigo al desarrollo no solo del capital bancario, sino que también varias otras formas de intermediación financiera (las AFP, las Administradoras de Fondos Mutuos, compañías de diversos seguros, incluidas las ISAPRES, entre otros).
En esa intermediación financiera, donde estas instituciones pagan una tasa de captación por los depósitos que reciben, bastante más baja de la tasa de interés que cobran (tasa de colocación) por los créditos que otorgan, quedándose con el diferencial (spread), léase la ganancia de estas empresas, a la cual debe sumarse las diversas comisiones, por diversas causas (mantención anual, mensual, de saldo mínimo, apertura de crédito, por la línea de crédito, aclaración de protesto, cartolas en mesón, etc., etc.), las que fijan y reajustan unilateralmente, la mayoría valorizadas en UF, ha llevado a que los Bancos, en nuestra país, sea una de las industrias con mayor rentabilidad en los últimos años. Lo mismo debe decirse con las AFP y la industria de las ISAPRE.
Por otra parte, al igual que en los otros estados capitalistas, en nuestro país estos grupos económicos han constituido su poder en forma de conglomerados o holding, donde junto a poseer los bancos, y a través de ellos y del dominio absoluto del crédito, han extendido sus operaciones en diversas otras rama económicas: grandes tiendas, el retail, minería, la manufactura, el negocio exportador, la energía, etc., convirtiéndose en una casta privilegiada que concentra en sí una gran cuota de riqueza y del ingreso nacional.
Hace ya casi 100 años atrás (1917), Lenin caracterizaba al Imperialismo como forma política y económica de dominación y como capital financiero, como fusión del capital industrial y bancario. Más adelante, Jorge Dimitrov, gran patriota búlgaro, señalaba que el fascismo era la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialistas del capital financiero.
Precisamente bajo la dictadura pinochetista fascista es cuando el capital financiero alcanza las cuotas de poder que hasta el día de hoy detenta en nuestro país.
Durante 20 años ese modelo fue administrado por los diferente gobiernos de la Concertación. Hace 3 años atrás, los dueños del capital, los amos, tomaron directamente la administración, "despidiendo" a los capataces, en los cuales habían delegado esas funciones. Awad lo ha señalado: el capital financiero no aceptará que se regule su negocio. En otras palabras, exigen el libre albedrío para seguir profitando y explotando a los chilenos.
Patricio González
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